martes, 26 de febrero de 2013

Historia de Portugal

La prehistoria de Portugal está unida a la de la península ibérica. Hacia el año 10 000 a.C.Entre el 4000 a. C. y el 2000 a.C, Portugal y Galicia vieron cómo se desarrollaba una cultura megalítica original, con respecto al resto de la península, caracterizada por su arquitectura funeraria, sus rituales propios y por la práctica de la inhumación colectiva. Aún se pueden encontrar monumentos de entonces, sobre todo en el Alentejo: el crómlech de los Almendros, cerca de Évora, los del valle Maria do Meio o de Portela de Mogos, así como el dolmen de Zambujeiro.

El Alantejo


Maria do Meio

Zambujeiro


Formación y consolidación del reino

Mucho antes de que Portugal lograra su independencia hubo algunos intentos para alcanzar una mayor autonomía, e incluso la independencia, por parte de los condes que gobernaban las tierras del condado de Galicia y de Portucale. Con la idea de acabar con este clima independentista de la nobleza local en relación al dominio leonés, el rey Alfonso VI de León entregó el gobierno del condado de Galicia, que en aquel momento incluía las llamadas «tierras de Portucale», al conde Raimundo de Bargoña. Tras muchos fracasos militares de Raimundo contra los árabes, Alfonso VI decidió dar en 1096 al primo de este, el conde Enrique Bargoña, el gobierno de las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Con el gobierno del conde Enrique de Borgoña, el condado conoció no solo una política militar más eficaz en la lucha contra los árabes, sino también una política independentista más activa.
Tras su muerte y la llegada al poder de su hijo Alfonso Enriquez, Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro II en 1179. Posteriormente, conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Una vez acabada la Reconquista portuguesa en 1249, la independencia del nuevo reino fue puesta en entredicho varias veces por el reino de Castilla. La primera fue debida a la crisis sucesoria abierta tras la muerte de Fernando de Portuges, que acabó con la victoria portuguesa en Aljubarota en 1385.


Lisboa

Palmela

Évora